PARTE III
Por José Manuel Belda, socio en EVALUE INNOVACIÓN
CAMBIO DE PERFILES DE TRABAJO: NECESIDAD DE DESARROLLAR LAS HABILIDADES
La educación juega un papel principal en este nuevo futuro, el mayor capital que tendrán las personas, no será dinerario sino de habilidades, incluso más que de conocimiento que se
puede adquirir a través de internet. Aquí es donde se debe centrar la educación, en el desarrollo de esas habilidades que nos hacen diferentes a las máquinas y que aporta valor.
Las claves para que este cambio de perfiles de trabajo se produzca y no implique un mayor desempleo, pasa por un alto nivel de flexibilidad de la economía, desde flexibilidad en las empresas para adaptarse a los cambios en los negocios, flexibilidad en los curriculums formativos para adaptarse a los nuevos perfiles profesionales, de manera que los cambios en la estructura del mercado laboral se trasladen a la oferta formativa con celeridad, y una elevada actualización tecnológica de ciudadanos y empresas.
Para fomentar la flexibilidad en los curriculums formativos, es fundamental que haya un mayor contacto entre las empresas y las escuelas y Universidades. Es necesario un mayor acercamiento, que permita a los estudiantes realizar sus primeras prácticas directamente en las empresas, y que estas a su vez puedan participar en la definición de los curriculums y de las líneas formativas de los centros docentes. Es básico en este aspecto, que estas actuaciones se den fundamentalmente en la Formación Profesional, que ha demostrado poder adaptarse más rápidamente a los cambios que se están produciendo en el entorno económico, y que por tanto debe ser un motor de creación de una oferta laboral más tecnológica y adaptada al nuevo entorno.
La Formación Profesional jugará por tanto un punto clave en el futuro, ya que parece que tiene una mayor agilidad para adaptarse a estos cambios. Esto ya se está manifestando, ya que en el 2018 lideró por primera vez en España la oferta de empleo frente a los estudios universitarios.
Y esta flexibilidad debe mantenerse en el tiempo, es necesario fomentar la formación continua para que los trabajadores se vayan adaptando a las nuevas tecnologías, o incluso se reorienten hacia nuevas profesiones más demandadas. En España hay mucho trabajo que hacer al respecto, ya que solo el 10% de los trabajadores realizan formación continua a lo largo de su vida laboral.
Para los trabajadores, existe una necesidad incuestionable de asumir la responsabilidad personal del aprendizaje y desarrollo profesional propios. También es igualmente claro que muchas personas necesitarán apoyo a través de períodos de transición laboral y fases de reciclaje y capacitación por parte de gobiernos y empleadores.
LA CAPACITACIÓN LABORAL, OBJETIVO PARA ADMINISTRACIONES Y EMPRESAS
Este aspecto debería ser una de las grandes preocupaciones de las administraciones, porque es evidente que ya comienza a faltar profesionales en diferentes ámbitos vinculados a los nuevos desarrollos tecnológicos, mientras que nos encontramos con un nivel de desempleo en España nada deseable, y la amenaza de la sustitución del empleo por las máquinas que hemos comentado ampliamente, será más acuciante en los próximos años.
¿Qué puede hacer la administración pública para solventar esta situación?:
Potenciar la formación continua de los trabajadores.
Modernizar el sistema educacional, adaptándolo a las nuevas necesidades de los perfiles laborales e incorporando las nuevas tecnologías.
Fomentar medidas de apoyo para que los trabajadores se adapten a la nueva transición a otros perfiles de trabajo.
Fomentar la mentalidad emprendedora entre la población, especialmente entre los más jóvenes, con el objetivo de que sea el propio trabajador quien cree su empleo. Una de las grandes ventajas de esta revolución tecnológica que estamos viviendo, es la facilidad para crear una empresa desde cero, y la variedad de herramientas que existen en la actualidad para desarrollar un negocio, como el aspecto comercial a través de los nuevos canales de distribución a los que puede acceder cualquier emprendedor.
Fomentar el teletrabajo, de esta forma se podrá conciliar mejor la vida familiar, y facilitará la formación continua que se podría hacer online.
Pero no solo las administraciones pueden jugar un papel en la cuestión, las empresas también pueden aportar su granito de arena. Podrían utilizar la automatización de algunas tareas laborales para complementar y mejorar las fortalezas comparativas de las habilidades humanas y, en última instancia, permitir y capacitar a los empleados para que se extiendan a su potencial máximo. En lugar de enfocarse únicamente en el ahorro de costes laborales basados en la automatización, deberían potenciar las actividades internas de la empresa donde los humanos pueden crear valor en complemento de la tecnología.
AFRONTAR LA REVOLUCIÓN EN EL EMPLEO PARA SOLVENTAR LAS DESIGUALDADES
El aumento de la automatización del lugar de trabajo en sus múltiples formas tiene el potencial de mejorar enormemente la productividad y aumentar el trabajo de los empleados humanos. La tecnología de automatización puede ayudar a eliminar la carga del trabajo administrativo repetitivo y permitir a los empleados concentrarse en resolver problemas más complejos al tiempo que reduce el riesgo de error, lo que les permite concentrarse en tareas de valor agregado.
Y si todas estas actuaciones no son suficientes, hay que plantearse qué vamos a hacer con una sociedad en la que el trabajo deja de ser una necesidad, porque menos personas con más tecnología generan todo lo que la sociedad precisa.
Si queremos evitar que la gran crisis que está sufriendo la clase media en las economías occidentales, y que una parte cada vez más significativa de la sociedad caiga por debajo del nivel de la pobreza, aumentando de manera insostenible el nivel de desigualdad de riqueza que sufrimos en la actualidad, habrá que pensar de qué manera se puede asegurar un ingreso incondicional que libere a las personas de la preocupación por la supervivencia y les permita plantearse si quieren tener un trabajo, qué tipo de trabajo quieren tener, cómo tienen que formarse para el mismo o cómo pueden plantearse aportar un valor a la sociedad que alguien quiera pagar.
En definitiva, creo que este aspecto de reubicación de los trabajadores y afrontar la revolución que se va a producir en el nivel de empleo, debe ser la prioridad nacional de actuación de todos los colectivos en los próximos años, con el fin de evitar que las desigualdades sigan incrementándose hasta niveles insostenibles, y que gran parte de la población se vea excluida del estado de bienestar que ha aportado un nivel de vida excepcional para los habitantes de los países más avanzados, entre los que nos encontramos los españoles.
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